Se aprende a leer leyendo y se aprende a escribir escribiendo

Para tratar este libro he decidido dividir el trabajo en dos partes: por una, un power point muy completito, con las dos primeras partes del libro (lo que se podría considerar más teórico). Después la tercera parte del libro, las propuestas de actividades en el aula, las analizaremos críticamente para sacarles más partido.

Tengo que decir que si os interesa realmente conocer este libro porque trabajáis muy de cerca con el desarrollo de la lectoescritura, este manual se podría convertir en una herramienta estupenda para vosotros. Podéis sacar de mi power point unas ideas principales, a la vez que buenos esquemas que te ayuden a organizar y estructurar tanto el libro y sus apartados como el desarrollo de las clases en base a la enseñanza y aprendizaje de la lectoescritura. Es una buena forma, para mí también, de poder recordar siempre que quiera las partes más importante sin tener que releerlo.


A continuación hablaremos sobre los tres tipos de propuestas en el aula que propone Montserrat Fons en torno a los tres usos del lenguaje escrito:

-          Práctico: relacionado sobre todo con actividades cotidianas y rutinas en el aula.

-          Científico: relacionado principalmente con los textos periodísticos (la noticia), expositivos y instructivos.

-          Literario: en base a los textos narrativos, poéticos y los juegos que se pueden desarrollar con la lengua escrita.

Finalmente, encontramos un apartado centrado exclusivamente en las bibliotecas de aula y en los rincones de la biblioteca.

Como la parte más teórica ya está tratada en el power point, vamos a desarrollar estos tipos de propuesta. Primero, nos encontramos con las propuestas referidas al uso práctico.

Yo las encuentro las más necesarias y las más básicas a su vez. Nos habla en primer lugar, del hecho de nombrar los objetos de los alumnos (abrigos, vasos, cepillos…) pero siempre partiendo de que es una necesidad. Es decir, la profesora plantea un problema (como que hay confusiones entre los objetos de algunos alumnos) y pregunta que si a alguien se le ocurría alguna forma de solucionarlo. Además también se propone el hecho de identificar siempre con el nombre escrito los objetos, en lugar de para los más peques utilizar un dibujo. Y es que es cierto que si algún niño/a no reconoce al día siguiente su nombre, es igual que el que no recuerda al día siguiente su dibujo: simplemente se le trata de dar alguna pauta para que recuerde cual es su objeto, percha, etc…  Y creo que esta es la parte que muchas veces se olvida, y es que si alguna se equivoca de percha al final se le pone el abrigo en el sitio correcto por las prisas de empezar y al final no supone nada que tengan su nombre puesto.

A continuación vemos actividades relacionadas con el control de asistencia. Se plantean actividades para controlar la asistencia a clase, a los rincones o, por ejemplo, el préstamo de materiales comunes para la clase que se llevan a casa. Así los más pequeños podrán coger un cartel con su nombre y lo colocarán donde sea necesario o marcarán con una X su nombre en una tabla de doble entrada. Siempre trataremos de utilizar estrategias para que identifiquen su nombre (por qué letra empieza o acaba…). Según vayan siendo más mayores podrán ir escribiendo sus nombres en esos mismos listados de control o en sus carnets personales donde vayan anotando en que rincones han estado y la fecha. Me parece muy interesante este planteamiento, porque normalmente siempre se suele quedar en el control de asistencia a clase y no se tiene en cuenta el de asistencia, por ejemplo, a los rincones, siendo algo muy común que nos proporciona también una oportunidad de que entren en contacto con el lenguaje escrito.

Considera muy importante que se elija y se conozca de forma oral y escrita el nombre de los grupos. Distingue tres grupos: el grupo-clase, los grupos de cada mesa y los grupos que se puedan crear para hacer talleres o intercambios con otras clases. Por otro lado, remarca la importancia de que identifiquen también el nombre de la escuela ya que aparece en gran cantidad de elementos del centro. Propone para seleccionar el nombre de un grupo que se escriban carteles con distintas opciones y se haga una votación, pegando su “voto” contiguo al nombre que elija cada uno. Esta parte si es más común de trabajarla así como se propone en el libro, pero sí es cierto que el nombre de la escuela normalmente se deja fuera, a pesar de aparecer escrito en tantos sitios, por ejemplo, en todas las circulares que se les da a los niños para que entreguen a sus padres.

Muy ligado a esta última propuesta, hablan sobre la rotulación de ámbitos incluyendo tanto los nombres de los espacios como los de las cajas de materiales. Esto también es algo normal, la parte más productiva aparece cuando en lugar de decirle a un niño que no encuentra un rincón dónde está, le escribimos el nombre en la pizarra para que lo busque, que para eso está identificado el rincón. Con las cajas de materiales, le damos sentido a los carteles que ponemos en el aula (ya que los que dicen, “ventana” o “puerta” no le aportan nada y encima en la sociedad no aparecen como tal) y así, por ejemplo, podemos dividir los materiales de construcciones en tres cajas: palos, ruedas y pistas. Esto le servirá tanto para identificar lo que hay en cada caja como a la hora de recoger para buscar esa misma caja (ya que no valdrá otra cualquiera).

Para la organización de tareas nos proponen un mural, dejando bien claro la identificación de los tres pasos a seguir: la atribución de la tarea, el recuerdo y la evaluación de si se ha realizado o no esa tarea.

En el calendario y la fecha proponen actividades muy interesantes dividiendo las actividades al principio del mes (ver los cumpleaños del mes, cuantos días tiene, qué estación del año es, que días hay cole…), todas las mañanas (el encargado marca el día) o esporádicamente (el uso más curioso de todos, por lo menos para mí, porque no se me habría ocurrido utilizarlo para buscar grafías y sonidos, como propone la autora del libro). Además escribiremos la fecha en la pizarra, pudiendo trabajar la escritura (si la escriben ellos) o la lectura (la podemos poner con carteles).

A través de los materiales del entorno podemos trabajar de dos formas. Una, recogiendo materiales que ellos puedan traer a clase y analizándolos: qué tipo de material son, dónde iría, si lleva letras, si lleva una marca escrita, para qué servirá lo que lleva escrito… Después se propone poner al alcance de los niños materiales del entorno. Al principio pensé “pues claro, como la actividad de antes, materiales reales que puedan ver ellos y analizar” y de repente veo la propuesta del metro, en la que ellos están de excursión teniendo que buscar las paradas de metro en los carteles para orientarse y pensé “claro, que tonta, no sólo consiste en que sean materiales reales, sino que estén en su entorno también y que vean la necesidad de utilizarlo y el beneficio que obtienen de saberlo leer o identificar”.

Muy interesante, a la vez que eficaz, las propuestas relacionadas con los mensajes breves. Y es que algo tan sencillo como escribir a las familias para pedirles materiales o informarles de algo, lo puedes escribir tú a ordenador, o puedes disfrutar de la actividad de que lo escriban ellos aunque al lado pongas tú también lo que quieres decir. El escribir carteles conjuntos con otros grupos, mandar mensajes a la secretaría o escribirse mensajes entre alumnos es una propuesta igual de sencilla e igual de productiva. Creo que sólo hay que favorecer un rincón de los mensajes donde ellos dispongan de todo lo necesario y nuestro apoyo y aliento para que lo escriban.

Listas de materiales y juegos también se realizan en las aulas, pero es divertido y más productivo relacionarlo siempre con situaciones reales que necesitan de listados: nos vamos a ir de colonias y necesitamos algunos materiales, se nos han acabado en clase los siguientes materiales, vamos a ir al patio y queremos tener una lista de juegos para consultarla antes de bajar…

Para terminar con el uso práctico del lenguaje propone un buzón de propuestas en el aula para leer en la asamblea de clase. Los niños siempre que quieran podrán dejar cualquier mensaje ahí y leerlo después.

Las propuestas referidas al uso científico son las más interesantes y divertidas de realizar. Si hablamos de los textos periodísticos y las noticias, tengo que decir que yo, por ejemplo, si había trabajado con noticias en clase, pero no se me había ocurrido tener un periódico en clase para consultar el tiempo, la fecha, la programación… y es que es dar constantemente usos al lenguaje escrito. Podemos tomar noticias del periódico y recortes de noticias que traigan de clase y tras analizarlas colgarlas en el mural de las noticias o en el álbum de las noticias. Así veremos textos periodísticos reales y nos quedaremos con su estructura. Después ocurrirán hechos en el barrio, o que vean en la televisión, dignos de contar al mundo y que nosotros convertiremos en noticia. O también, cualquier hecho de clase lo haremos noticia para nosotros (por ejemplo que alguien ha tenido un hermano).

Los textos expositivos los encontrarán en todo tipo de libros de conocimiento. El trabajar con ellos para cuando alguien quiere saber más sobre los animales, el mundo, etc. o porque simplemente le gusta ojearlos y descubrir algo interesante porque ve unas ilustraciones que le llaman la atención. Con ellos aprenderán estructuras como los títulos, las negritas, las ilustraciones y el pie de foto, los esquemas… Para lectores inexpertos, todos estos puntos de referencia son muy importantes ya que les ayudan a guiarse, por ejemplo, aprendiendo que lo que dice en el título es fundamental para buscar información y saber lo que estamos leyendo. Después podremos pasar a seleccionar la información que necesitemos, a contrastarla con otros textos, a organizar esa información igual que viene organizada en los libros que consultamos… Es un poco más complicado aquí, que hayan seleccionado la información más relevante o que sepan cómo establecer un guión de trabajo o como componer un texto con la información recogida, así que podemos ayudarles proponiéndoles que construyan frases síntesis, mapas conceptuales, textos resumen o nombres en esquemas o dibujos.

Con los textos instructivos primero debe quedar claro cuándo se utilizan: para un los pasos de un juego, de una receta de cocina, del funcionamiento de una maquina. Lo que es muy importante en estos textos es utilizarlo si se va a realizar las acción después, es decir, si se va a jugar al juego, a realizar la receta, etc. Si la actividad tiene un resultado positivo, es posible que quieran llevarlo a casa y surja la necesidad de copiar las instrucciones.

Finalmente hablaremos sobre las propuestas referidas al uso literario. En el aula de infantil se le da mucho uso al texto literario ya que los cuentos están a la orden del día. Pero hay muchas formas de trabajar esos cuentos: podemos buscar que los conozcan y que conozcan su estructura, que produzcan ellos cuentos para contar experiencias, que aprendan a escucharlos y comprenderlos, que los puedan mirar y leer ellos solos. Si se va a leer un cuento en voz alta en clase, primero habrá que ver que conocimientos previos tienen y marcar unos objetivos. Durante la lectura se pueden favorecer estrategias de hipótesis, predicción, interpretación…  Finalmente, tras la lectura, debemos buscar la recapitulación o el resumen.

Hay dos propuestas que me parecen muy llamativas y son las de utilizar los cuentos como tema de conversación o el de ilustrar cuentos. De la primera forma pueden compartir gustos, ampliar intereses y crear motivación por la lectura. De la segunda forma vamos a trabajar tanto el resumen del cuento como la relación entre ilustración y texto.

Finalmente se puede intentar escribir el texto de cuentos conocidos con los más mayores sin olvidar la definición del contexto antes de hacerlo y pasar por las tres fases de planificación, textualización y revisión.

La parte más divertida de los cuentos son las dramatizaciones que conlleva mucho más que aprenderse un papel. Primero repartirán los personajes, después tendrán que caracterizar a cada uno (se pueden hacer listados de materiales) y tendrán que organizar un decorado (también pueden dibujarlo y anotar lo que necesiten). Entonces sí que podrán memorizar el papel y llevar a cabo la obra, no sin antes elaborar un cartel entre todos para contarle al resto de clases lo que vamos a hacer e invitarles a la representación. Es increíble como en detalles tan pequeños hay siempre una oportunidad de trabajar la lectura y la escritura y que en montones de ocasiones pasan desapercibidas.

Podemos buscar que escriban ellos mismos historias inventadas, cuentos que partan de experiencias reales, inventar finales para otros cuentos… todas estas propuestas con mil actividades cada uno con el lenguaje escrito.

Los textos poéticos son, a mi entender, los grandes olvidados de las aulas. Siempre se trata una poesía por unidad y por cumplir básicamente. No se le atribuye ni se pretende transmitir el valor que tienen en realidad los textos poéticos. Sin embargo son mágicos para los niños y los disfrutan y se divierten con ellos muchísimo. Podemos jugar por un lado con poesías, pareados, dichos y refranes pasando por las siete fases: elección, primeras impresiones tras la lectura, audición-lectura, profundización, memorización, recitación-lectura, escritura del poema memorizado.

Para trabajar esta parte de los textos poéticos os recomiendo El silbo del aire” de Arturo Medina, que es un gran antología lírica infantil, con poemas y cancioncillas tradicionales y de autor.

La parte de los textos poéticos más trabajada en las aulas son las adivinanzas, los engaños y los trabalenguas. Existen compendios que se pueden consultar o podemos crear uno nosotros mismos.

Al final del libro se incluye unos juegos de palabras que podemos trabajar en clase como sopas de letras, crucigramas, el ahorcado… y una propuesta muy interesante sobre la biblioteca de aula y el rincón de la biblioteca dónde se nos insta a favorecer tanto las lecturas individuales en silencio, como la lectura en voz alta o el intercambio de libros entre alumnos/as y maestra/o.

Como conclusión, la enseñanza y aprendizaje de la lectura y la escritura debe plantearse siempre de forma dinámica y de forma que ellos vean su utilidad y puedan sentir la necesidad de aprender a leer y a escribir. Además todo el profesorado debe estar implicado en este proceso para que evolucione mejor (además de acompañarse del trabajo en casa con las familias). Creo que es fundamental el hecho de que se aprendan ambas procesos de forma interrelacionada y no se excluyan el uno al otro, ya que son procesos que  de por sí están interrelacionados y no se deben separar. Y algo que yo no había valorado hasta ahora, y que lo he hecho tras la lectura del libro, es el hecho de tener en mente los tres usos del lenguaje escrito y no olvidarnos de trabajar ninguno de ellos. Porque es probable que antes yo hubiese trabajado la mayoría de estas propuestas, pero dejándome cosas en el tintero por no estar considerando a qué ámbito pertenecen cada una de ellas y qué es lo que puedo aprovechar realmente de su trabajo.

1 comentario: